A estas alturas la mayoría conoce las nuevas “etiquetas medioambientales” de la DGT para coches. Pero en las motos que ocurre.
Fue noticia en abril de 2016: la DGT decidía clasificar el parque de coches en función de su potencial contaminante, es decir, del nivel teórico de emisiones que le corresponde a cada coche según la homologación y tipo de combustible. La idea es que sea fácil distinguir un vehículo que sea más o menos contaminante, “a primera vista”, y lógicamente esto tendrá su utilidad cuando se implanten medidas más estrictas de circulación o aparcamiento, por ejemplo en centros urbanos de ciudades con mucha polución.
Se establecieron para los coches unos parámetros y se calculó que aproximadamente el 50 por ciento del parque móvil español, insistimos en que por ahora hablamos de coches, recibiría alguna de esas “etiquetas”, para distinguirlos como vehículos poco contaminantes. Las etiquetas empiezan por la “Cero” (vehículos eléctricos o híbridos enchufables) y siguen por la “Eco” (híbridos o que consuman gas natural), la “C” (de gasolina a partir de 2006 o diésel a partir de 2014) y por último la “B” (gasolina a partir de 2000, diésel a partir de 2006). El resto, sin etiqueta, se considera más contaminante y ya no hay distinciones, es decir, da igual si un diésel es de 2005 o de 1995 o más antiguo.
La cuestión es que, cuando se presentaron estas etiquetas, muchos nos llevamos a engaño con el texto de la DGT: parecía que todas las motos y ciclomotores iban a recibir la etiqueta “Cero”… pero NO es así. La normativa que sacó la DGT solamente contemplaba motos y ciclomotores eléctricos, para darles la etiqueta “Cero”: las demás (es decir la inmensa mayoría del parque) quedaba de momento sin etiqueta ecológica. Y eso es malo, porque en teoría un vehículo “sin etiqueta”, se supone que es muy contaminante…
La propuesta de Anesdor
En su rueda de prensa anual la asociación Anesdor confirmó que después de varias negociaciones con la propia DGT y con otras entidades administrativas (ayuntamientos e Industria), parece que ya están establecidas las condiciones para las etiquetas de las motos, aparte de la “Cero” que como sabemos es para las eléctricas. Falta la aprobación final (DGT) pero parece que así quedarán las etiquetas medioambientales que distinguirán los vehículos de la categoría L (Ligeros: motos y ciclomotores):
–“Eco” etiqueta para vehículos Euro 4 y emisiones de CO2 inferiores a 75 gramos por kilómetro recorrido. Es decir, motos o ciclomotores a partir de 2016 y de bajo consumo/potencia.
–“C” será para el resto de vehículos Euro 4 (2016 y posteriores), es decir con emisiones de CO2 superiores a 75 gr/km. También para los Euro 3 (de 2006 y posteriores).
–“B” es la etiqueta para motos respetuosas con el medio ambiente, pero menos que las anteriores: las Euro 2, es decir, motos a partir de 2003.
¿Qué pasa con las de antes de 2003?
Las motos y ciclomotores anteriores a 2003 no tendrán etiqueta medioambiental, si se aprueba esta escala. Ahora mismo esto no implicaría nada, porque el único Ayuntamiento con normativa que limita la circulación en zonas residenciales o días de alta polución es el de Madrid, y en su ordenanza sólo distingue “motos y ciclomotores” para discriminarlos positivamente en ambos casos (o sea, que nos dejan circular sin límite).
Pero esto no tardará en cambiar: el Ayuntamiento de Barcelona ya ha dicho que sólo usará las etiquetas como referencia a la hora de establecer limitaciones, y cuando esto esté aprobado y empiece a legislarse no sería de extrañar que se adoptaran las mismas regulaciones en todos los municipios grandes.
Resumiendo: es posible que a no mucho tardar las motos (y ciclomotores) anteriores a 2003 vean limitadas sus posibilidades de circulación en ciertos momentos (días de alta contaminación) o incluso zonas (centro, zonas residenciales exclusivas).
Teniendo en cuenta datos de la propia Anesdor, esto afectaría a un 60 por ciento aproximado del parque móvil de dos ruedas existente: ¡serán muchas motos las que se podrían ver limitadas por este tema!
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JOSEP ARMENGOL
