Más vale lo malo conocido…

Más vale lo malo conocido…
Más vale lo malo conocido…

12540833_1100818136618827_1356727369781062423_nLlega el frío y en la moto, la temperatura nos afecta, sobre todo, en que la goma de los neumáticos tarda muchas más curvas en “Calentars”. Si se usan compuestos muy “racing” se puede pasar verdaderamente mal, porque, como están pensados para uso en circuito, donde se calientan mucho, en frío no agarran apenas. En cambio, las últimas generaciones de gomas sport-turismo, con mucho sílice y otras especificaciones, cumplen bastante mejor en frío. De todos modos, no hay que dejar de pensar en ello al llegar a una curva después de una larga recta: hay menos agarre de lo habitual. En realidad, lo realmente peligroso de cualquier carretera son las sorpresas. Puede ser la hora de comer de un precioso día soleado de invierno, estar el asfalto totalmente seco al sol pero todavía haber humedad o hielo en las zonas de sombra. Mucho cuidado, por tanto, al entrar en una curva larga que pasa, de forma casi inevitable, del sol a la sombra. Dejando un buen margen y si los neumáticos ya están tibios, seguramente se pueda pasar por la humedad sin peligro. En caso de encontrar hielo, mucho cuidado. Hay que estar muy atento a los avisos. Días después de que haya llovido mucho es muy posible que todavía haya grietas del asfalto por las que salga agua así que hay que tenerlo en cuenta, sobre todo en terreno desconocido. Por su parte, los camiones o tractores pueden llenar de barro los primeros metros a la salida de una finca.

Más vale lo malo conocido, por eso siempre es mejor dedicarse, en estos días, a rutas conocidas, a ser posible algo concurridas, porque el tráfico limpia y calienta el suelo. La contrapartida es que no se puede ir tan fuerte como por carreteras desiertas. Y por supuesto, es imprescindible elegir bien el propio equipamiento.

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